Toto
Nuestro país, por herencia de aquel en donde viven Golfo, Verdi, Buffy, Blas y Brocco, tiene una costumbre que suelen llamar "La fiesta Brava". Nosotros no comprendemos mucho de qué se trata, pero nos llena de mucha tristeza el sacrificio de animales que suelen ser provocados para torear.
Este fin de semana han sucedido dos asuntos que se relacionan con este tema: el primero es que en un lugar que se encuentra en el Distrito Federal (ciudad de Camilita) llamado "La Plaza de Toros México" un animalito de 503 kilogramos bautizado como Pajarito voló muchos metros para llegar hacia donde se encontraba el público. Todos sintieron miedo, y finalmente Pajarito murió en medio de las butacas en uno de esos eventos extraños que ocurren muy de vez en cuando. Mamá me preguntaba qué motiva a un toro a ir con tal certeza hacia un punto específico, y yo que soy animalito creo conocer la razón: el instinto de supervivencia es capaz de llevarnos hacia acciones que los humanos no podrán entender porque todo lo quieren razonar, y el instinto no amerita la razón.
Por otra parte en nuestro estado Veracruz también hay noticias con respecto a los toros y la fiesta brava, y es que en un pueblito llamado Tlacotalpan es cosa tradicional celebrar el día de la Candelaria soltando toros y vaquillas en la calle, provocándolos y corriendo ante la furia desatada. Por primera vez en muchos años se ha escuchado la petición de que se frene este sacrificio y aunque hay muchas personas que no están de acuerdo, nosotros si apoyamos el hecho de que dejen de lastimar a los nuestros. Finalmente todos tenemos una función que cumplir en la Tierra, y entre nosotros y los humanos debe existir una relación cordial, de armonía y no de odio y terror.
Los bípedos creen que si un animal los ataca es malo y debe morir. Los animales sabemos que nuestros actos sólo se deben a un asunto de acción y reacción. Esa es la reflexión que nos deja el vuelo de Pajarito, que tal vez en señal de protesta, le mostró al mundo entero lo injusto que resulta tener en su muerte una diversión.
Nuestro país, por herencia de aquel en donde viven Golfo, Verdi, Buffy, Blas y Brocco, tiene una costumbre que suelen llamar "La fiesta Brava". Nosotros no comprendemos mucho de qué se trata, pero nos llena de mucha tristeza el sacrificio de animales que suelen ser provocados para torear.
Este fin de semana han sucedido dos asuntos que se relacionan con este tema: el primero es que en un lugar que se encuentra en el Distrito Federal (ciudad de Camilita) llamado "La Plaza de Toros México" un animalito de 503 kilogramos bautizado como Pajarito voló muchos metros para llegar hacia donde se encontraba el público. Todos sintieron miedo, y finalmente Pajarito murió en medio de las butacas en uno de esos eventos extraños que ocurren muy de vez en cuando. Mamá me preguntaba qué motiva a un toro a ir con tal certeza hacia un punto específico, y yo que soy animalito creo conocer la razón: el instinto de supervivencia es capaz de llevarnos hacia acciones que los humanos no podrán entender porque todo lo quieren razonar, y el instinto no amerita la razón.Por otra parte en nuestro estado Veracruz también hay noticias con respecto a los toros y la fiesta brava, y es que en un pueblito llamado Tlacotalpan es cosa tradicional celebrar el día de la Candelaria soltando toros y vaquillas en la calle, provocándolos y corriendo ante la furia desatada. Por primera vez en muchos años se ha escuchado la petición de que se frene este sacrificio y aunque hay muchas personas que no están de acuerdo, nosotros si apoyamos el hecho de que dejen de lastimar a los nuestros. Finalmente todos tenemos una función que cumplir en la Tierra, y entre nosotros y los humanos debe existir una relación cordial, de armonía y no de odio y terror.
Los bípedos creen que si un animal los ataca es malo y debe morir. Los animales sabemos que nuestros actos sólo se deben a un asunto de acción y reacción. Esa es la reflexión que nos deja el vuelo de Pajarito, que tal vez en señal de protesta, le mostró al mundo entero lo injusto que resulta tener en su muerte una diversión.
...Pero lo más emotivo sin duda fue cuando al abuelito le dieron sus obsequios y mamá le dio una playera con una de nuestras fotos favoritas impresa... ¡Él se emocionó tanto como yo!
