Han pasado las fiestas...

Pochaco

Amigos, han pasado las fiestas decembrinas. Espero de todo corazón que a todos ustedes y a sus bípedos les haya ido muy pero muy requetebien, y ojalá que los Reyes Magos les hayan dejado muchos presentes como hace años lo hicieron con el Niñito Jesús.

Pues, ¿cómo empezar éste año? Les contaré cómo lo ha empezado el pobre Toto, que bastantes risas nos produjo en el pasado con su lamentable episodio de la infección en su piel retenida por su jocosa "lamparita". Resulta que hoy lo llevaron con nuestra amiga Claudia, la veterinaria, porque las comidas de año nuevo lo han dejado hasta el tope, y resulta que hoy se la ha pasado muy triste y deprimido (vaya, hoy ni siquiera le hizo fiestas a Doña Pu, la amable señora a la que tanto queremos que vende tortillas y a diario nos regala una a cada uno); y el veredicto fue que tiene su pancita llena de cositas pero está tapado, en pocas palabras, da muchas vueltas como queriendo hacer del baño, pero no hace nada. Tapado totalmente. La vete le ha recomendado algo que por su cara pareció espantosísimo (dos cucharadas de aceite de olivo) y tras dos inyecciones le prometió mejoría. Pero yo estoy seguro que mucho de lo que el joven Totito guarda en sus adentros no es sólo comida, sino tela. Sí, tela. Tiene la mala costumbre de hacer agujeros en las cobijitas que nos cubren de estos fríos terribles y seguramente algo de tela saldrá si las medicinas surten efecto. Ahora ven queridos amigos, las desgracias que traen los excesos en la comida de la navidad, la cena de año nuevo y la rosca de reyes.

Pero tras darles el triste cuadro de mi hijito, también debo informarles lo bien que nos fue en estas fechas. Vino la familia, la cachorra Gaby se diviritió como loca en su primera navidad, y todos la pasamos bomba. El 6 de enero mamá hizo que dejáramos nuestra cobijita al pie del árbol, y nos pidió estar de lo más atentos por si oíamos el relichar del caballo o las pisadas del elefante, o peor, por si olíamos muy cerca al camello. Pero nada amigos, estuvimos bien truchas y nada que dejaron huella... temo que son demasiado hábiles porque al despertar el árbol amaneció repleto de regalos y nosotros jamás supimos a qué horas llegaron... ¡Pero vean! La cachorra estuvo feliz con sus juguetes, y a nosotros nos trajeron unos collares muy nice con una plaquita que mamá debe mandar grabar con nuestros nombrs y dirección, pues dice que como los Reyes han visto que nos gusta salir a pasear, decidieron darnos ese obsequio para que si en alguna ocasión nos perdemos, alguien nos pueda ayudar a volver a casa.

La cachorra jugando con la abuelita y con su nuevo juguete.

Oh! también recibimos unos premios de galleta... ¡Yammmiiii! ¡Deliciosos! Y para Panterita, la joven negrita que vive en casa de la tía Sand, los Reyes le trajeron una correa, porque como no tenía aun nunca la sacaban a pasear.

Ohhhhh!!! y Ahora miren qué piñata tan bonita... esta es la de mi cumpleaños, donde todos nosotros tuvimos muchísimos dulces, premios y regalos... Un excelente recuerdo! Lo malo es que mamá no es fotógrafa de altura y no pudo captarnos muy bien a todos, pero cómo ven los dulcesitos? ¡Hasta pastel y toda la cosa!

Bueno queridos amigos, pronto subiremos más fotos, y por supuesto que queda pendiente ir a cada uno de sus blogs a darles un amoroso saludo... ¡Oh! y seguiremos reportando los pormenores de Totito... Gracias a todos ustedes por seguir en contacto, abrazos y bigotazos para todos ustedes!!!!!!!