Vida de perros... Consentidos
Diario de un padre y su hijo que no se llevan nada bien...
viernes, julio 28, 2006
Buen perro...
Pochaco

¡Hola amigos! Pues yo sigo aquí, tristeando por la ausencia de mi adorado defensor que regresa en unos días (Piti, creo que en adelante hablaré con tu estilo), pero como la vida sigue he tenido otras interesantes ocupaciones.


Les contaré que la semana pasada fue la locura en la casa, ya saben, a la familia les gusta hacer festejos de todo y ahora la celebración fue por el bautizo de la pequeña Gaby (la joven Bambina), que llora y llora de un tiempo para acá porque según cuenta la tía Sand le están saliendo sus primeros dientitos, y bueno, ya sabrán qué sentimiento trae la pobre. El otro día mamá la llevó a su cuarto, y cuando comenzó con esta sesión de llanto corrí presuroso para consolarla, y aunque como verán tengo mi asistente de peluche siempre cuidándola, monté tremenda guardia hasta que la pequeña se calmó. ¡Soy todo un buen perro! (bueno, eso dicen a veces, otras de plano me convierto en el villano más buscado de toda la casa cuando merodeo por la fruta del desayuno...jejejeje, que mala maña la mía)

Poch y Bambina

¡Saludos y patitas para todos!



viernes, julio 21, 2006
Larga distancia...
Pochaco


"Pochis llamando a Pato", "Pochis llamando a Pato"...

Erasmín, el novio de mamá, se ha ido por muchos días a un lugar llamado Colombia. Mamá dice que fue a un viaje de negocios, pero eso a mi no me interesa mucho. ¡Extraño a mi defensor! ¡Vuelve por favor! ¡Mamá se pone insportable cuando no estás aquí! ¡Y yo te extraño horrores!

¡¡¡Vuelve pronto!!!!



jueves, julio 20, 2006
Celebración por nuestro día
Toto

Amigos, en una de esas búsquedas espontáneas que hemos tenido últimamente (como verán hemos escrito poco, la vida es algo agitada estos días), encontramos un pensamiento muy bonito titulado "Oración del perro", y me gustaría compartirla con ustedes ahora en este día del Perro, uniéndome a las celebraciones que algunos de ustedes han manifestado en sus espacios... Dice así:


Oh, Señor de las criaturas, haz que el hombre, mi amo, sea tan fiel para con los otros hombres como lo soy yo para él
Haz que ame a su familia y a sus hijos como yo los amo. Haz que guarde honestamente los bienes que tú le has confiado como honestamente guardo yo los suyos.


Dale, Señor, una sonrisa fácil y espontánea, como fácil y espontáneo es el jugueteo de mi rabo. Haz que esté tan inclinado al agradecimiento como yo estoy pronto a lamer con cariño. Conserva en él mi juventud de corazón y mi alegría de pensamiento.


Oh, Señor de las criaturas, del mismo modo que yo soy siempre verdadero perro, haz que él sea siempre verdadero hombre.

Tal vez nosotros no seamos eso que los humanos llaman "religiosos", pero de algo estoy seguro es de que estamos aquí con una misión para con nuestros amos, y que ese destino sólo puede estar trazado por alguien muy sabio que realmente sabe lo que hace al ponernos en un hogar y con una familia amorosa, y eso hay que agradecerlo, ¿no creen?

Besos a todos!


viernes, julio 07, 2006
Mi hijo el Lamparita
Pochaco

Amigos, las noticias de hoy son poco gratas, aunque la verdad acá ya aprendimos
a reirnos del asunto. Les contaré la historia.

Resulta que el sábado, mientras yo realizaba el atraco del año en la cocina al devorarme medio plato de melón que la abuelita dejó sobre la mesa para el desayuno, mamá notó que el pequeño Toto tenía sangre en su patita y en su oreja. Todos supimos que algo andaba mal, puesto que una noche antes había llorado como nunca, y tras ponerle su atuendo de paseo y llevárselo con nuestra amiga la doctora, regresó más deprimido que nunca en sus casi 5 años de vida.

Cuenta mamá que el pequeño pezcó una infección en la piel, y se rascaba con tal fuerza en su orejita que ya se había lastimado mucho y por ello la patita tenía sangre. La doctora le puso una inyección, le rasuró el pelito donde esta su herida, lo curó y le colocaron un cucurucho verdaderamente extraño para que ya no se rascara. Mamá y él estaban de lo más tristes, puesto que una vez en casa Toto descubrió que no podía hacer nada de lo que normalmente hacía, como subir escaleras y treparse en su banquita para dormir. De pronto sólo lo vimos
caminando y tropezando con todo, puesto que no le calculaba bien con aquel estorbo terrible.

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Todos le dimos mucho cariño (y yo aproveché el asunto para que todos olvidaran mi fechoría mañanera) y para que el pequeño no se viera tan triste lo animamos y le dimos besos y apapachos.

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Hoy ya se encuentra mucho mejor, aunque no quisiera ser él puesto que tienen que curarlo mañana y tarde y eso de caminar con esa cosa encima... ¡no! El buen síntoma es que mueve su colita como antes, y ya se deja que todos en casa le apodemos "Lamparita", según mamá se parece a la que sale antes de las películas, la lamparita Pixar, jejejjeje.. ¡si hasta brinca como ella! Y para que vean que no le ha ido nada mal, como no puede subir a su lugar de sueño, la abuelita le ha regalado una cama de perro en forma de un rico huesito ¡Y vean que mal lo tratan!


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Saludos amigos, de parte de la Lamparita y mía.